Mediante los estándares en salud aplicados por los profesionales de la salud no oncológicos, lograr la remisión de los pacientes con signos y síntomas tempranos o tardíos de cáncer con el fin de bajar las tasas de morbilidad y mortalidad de la población en riesgo.
Como ha sido documentado insistentemente por los grupos de investigación en cáncer, las principales barreras para la prevención oportuna de la enfermedad, están en la falta de concientización tanto de la población en general como de los profesionales de la salud, la escasa o nula estratificación sistemática del riesgo para determinar poblaciones en riesgo de padecer cáncer, epidemiología en nuestro país, pacientes en tratamiento o remisión, pacientes diagnosticados que aún no han iniciado tratamiento entre otros; al igual que la baja cobertura de pacientes diagnosticados que no cuentan con las oportunas medidas farmacológicas y no farmacológicas para su tratamiento.
La brecha existente entre el perfil real de riesgo de los pacientes y las acciones asistenciales de la salud, se puede disminuir en la medida en que la educación médica, llame la atención sobre la presencia, la importancia y el impacto de la detección temprana de los diferentes tipos de cáncer, al enseñar y desmitificar la dificultad de aplicar los diferentes métodos de estratificación en los pacientes y se ofrezca un panorama completo sobre las intervenciones terapéuticas tanto farmacológicas como no farmacológicas, su evidencia científica y la manera correcta de utilización en beneficio de la salud de los pacientes y del mismo sistema de salud.